Javier Milei ha perdido al primer miembro de su gabinete tras 45 días de Gobierno. El presidente argentino despidió el jueves a última hora a su ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, un antiguo peronista que se encargó de coordinar a los militantes que vigilaron el conteo de votos durante la victoria en las elecciones de noviembre pasado y que terminó en el gabinete encargado de la obra pública. La única confirmación oficial del despido ha sido un me gusta del presidente Milei en un tuit de un militante que afirmaba que el ministerio de Infraestructura bajará de rango para ser una secretaría a cargo del ministro de Economía. El portavoz presidencial, que todos los días da una conferencia de prensa antes del mediodía, ha suspendido la de este viernes sin haber dado una versión oficial sobre el despido.
Según han reconstruido medios locales, Ferraro (Buenos Aires, 68 años) fue despedido por filtrar supuestamente a la prensa información sobre las reuniones de gabinete a la prensa. La última fue una amenaza del presidente a los gobernadores provinciales publicada el jueves por la mañana en el diario Clarín. “Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos”, habría dicho el mandatario, que lleva semanas buscando convencer a la oposición de aprobar su megaley de desregulación del Estado en el Congreso. La presión a los gobernadores se ha vuelto fundamental para que la ley se sancione: con los bloques opositores difuminados y sin encontrar un consenso a su favor, Milei ha decidido estrujar a los gobiernos provinciales con cortar los fondos federales si estos no llaman a sus congresistas a votar por la ley.
La estrategia ha convencido a gobernadores como el de Tucumán, en el noroeste del país, donde el peronista Osvaldo Jaldo llamó a los diputados de su provincia a romper con la alianza del peronismo hegemónico, Unión por la Patria, y a armar su propio bloque en la cámara baja del Congreso. Por ahora son los únicos, pero el Gobierno lleva insistiendo en las presiones desde hace días. “El ajuste de las cuentas públicas va a incluir a todas las partidas que el Gobierno Nacional transfiera a las provincias. El déficit cero no se negocia. Si no votan la ley, claramente entienden que el ajuste va a ser mayor para todos”, dijo el martes el portavoz de Milei, Manuel Adorni. El ministro de Economía, Luis Caputo, ahondó después en sus redes sociales: “Si no se aprueban todas las medidas económicas propuestas en la ley, el ajuste será mayor, fundamentalmente para las provincias”, escribió el miércoles en X. Ambos decían –con algo más de elegancia– lo mismo que habría dicho Milei en la reunión de gabinete este jueves.
Ferraro fue uno de los superministros con los que Milei apuntó a reducir las carteras del Estado. El peronista Alberto Fernández había llegado a tener 21 ministerios en el mandato anterior, y Milei redujo las oficinas a nueve. En Infraestructura, un ministerio nuevo, contuvo las carteras de Obra Pública, Energía, Transporte, Minería, Telecomunicaciones y Vivienda. Contador público y asesor financiero que trabajó en el sector privado durante los últimos años asesorando grandes obras de ingeniería, Ferraro fue también subsecretario del peronista Eduardo Duhalde durante su presidencia interina tras la crisis del 2001 o asesor de Hacienda en la Ciudad de Buenos Aires gobernada por el liberal Mauricio Macri. El perfil mixto parecía servirle al nuevo Gobierno, que se propuso eliminar la obra pública para pasar a un modelo de obra pública “a la chilena”, que girará en torno a la concesión de obras al sector privado. El ministerio de Infraestructura, dicen los medios locales, pasará a estar bajo la órbita del Ministerio de Economía.
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