El giro político en Polonia se confirma con el escrutinio casi completo de los votos | Internacional

Los resultados provisionales del conteo de las elecciones legislativas de Polonia consolidan el giro político que anunciaron los sondeos a pie de urna: el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) queda primero —con el 35,6% de apoyos al 99,5% de escrutinio—, pero lejos de la mayoría parlamentaria. Los tres partidos de la oposición, en cambio, suman el 53,5% de las papeletas, suficientes para formar Gobierno. Como partido más votado, PiS hará todo lo posible para repetir un tercer mandato consecutivo, pese a que no le dan los números, en una situación que recuerda a la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo en España.

Corresponde al presidente, Andrzej Duda, encargar la formación del Gobierno. Su antigua pertenencia al partido de Jaroslaw Kaczynski —lo abandonó al acceder a un cargo que obliga a mostrar independencia— hace pensar que le invitará a intentarlo por delante de la oposición, pese a no contar con suficientes apoyos. El proceso hasta que haya un nuevo Ejecutivo puede alargarse hasta diciembre.

El día después de las elecciones legislativas que han registrado una participación histórica en la democracia polaca, del 74,2%, el conteo oficial ha continuado toda la jornada y se espera que el resultado oficial se anuncie el martes. Los datos provisionales, que solo proporcionan porcentajes de voto y no distribución de escaños, se diferencian en apenas unas décimas de los sondeos y proyecciones de Ipsos para las tres principales televisiones. El bloque de la derecha más ultra, con PiS y Confederación, sumaría 211 escaños (196 y 15, respectivamente), según la empresa demoscópica. El de la oposición liberal —principalmente de centroderecha, aunque también aglutina a la izquierda— alcanza 249 diputados, 18 por encima de la mayoría absoluta de 231 necesaria para formar un Gobierno estable. PO, liderada por el ex primer ministro y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tendría 158; la coalición Tercera Vía, la gran sorpresa electoral, obtendría 61 diputados e Izquierda, 30.

A la espera de los resultados oficiales, que se han retrasado por el referéndum —fallido, según los sondeos— sobre la edad de jubilación, privatizaciones y migración, todo se mueve aún este lunes en el terreno de las hipótesis. Ambas partes, con los datos que ya se conocen, celebran sus resultados y esperan que Duda les encargue a ellos la formación de Gobierno. PiS, porque la costumbre parlamentaria dicta que lo intente primero el ganador; PO, porque es quien lidera el bloque con mayoría en el Sejm (Cámara baja del Parlamento polaco) y tiene más opciones de cerrar un Ejecutivo.

El presidente agradeció este lunes la alta participación. No ha dado ninguna pista sobre a quién invitará a formar Gobierno, pero antes de las elecciones fue él quien recordó que lo habitual es que lo intente el partido más votado. “No podemos privar a los ganadores del derecho de formar una coalición”, ha afirmado tras las elecciones Andrzej Dera, secretario de Estado de la Presidencia. Pawel Szrot, jefe de la oficina del presidente, ha reconocido este lunes que “esta vez la situación puede ser complicada”.

Si PiS obtiene el mandato presidencial y fracasa en la votación en el Sejm, entonces la mayoría parlamentaria puede proponer un candidato. El partido de Kaczynski no va a renunciar fácilmente al poder, por más que ahora no sume los apoyos necesarios. “Nos esperan días de lucha y tensión”, avanzó el vice primer ministro tras conocer los sondeos a pie de urna. Kaczynski es conocido por su generosidad al negociar y por buscar apoyos y tránsfugas hasta en las antípodas ideológicas. Pero incluso si consiguiese los votos de la extrema derecha de Confederación, una formación antisistema que insiste en que nunca entraría en una coalición con PiS, aún necesitaría el apoyo de 20 diputados más.

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Miembros del partido ultraconservador están apuntando como posible socio al Partido Popular Polaco (PSL), la formación agraria que forma parte de la coalición Tercera Vía junto a Polska 2050. “Si PiS recibe el mandato de formar Gobierno, esas conversaciones tendrán lugar”, respondía este lunes en una entrevista Joachim Brudzinski, jefe de gabinete de PiS. El portavoz de PSL, Milosz Motyka, se apresuró a cerrar cualquier posibilidad de negociación a través la red social X (antes Twitter): “Olvidadlo. Por esas mentiras, por esas calumnias, por odiarnos y escupirnos a todos, por los robos y todos los escándalos… ¡Os haremos responsables!”.

Dificultades

Los expertos calculan que la formación de un nuevo Gobierno liberal se alargaría varias semanas, hasta diciembre. Jacek Kucharczyk, presidente del think tank Instituto de Asuntos Públicos, advierte de que mientras tanto “Ley y Justicia seguirá controlando las instituciones, al menos hasta la constitución del nuevo Parlamento”. El sociólogo y analista político, que no ha pegado ojo pendiente de unos resultados que han llegado a cuentagotas, desconfía de PiS. “Estoy seguro de que serán extremadamente creativos para dificultar la formación de un Gobierno de la oposición, y si esto ocurre, le harán la vida muy difícil”.

Como recuerda Kucharczyk, después de ocho años en el poder, el partido de Kaczynski tiene el control del Tribunal Constitucional —con capacidad de veto sobre cualquier legislación—, y del Supremo, que debe validar en 90 días los resultados electorales. Los escaños que suman los partidos liberales no son suficientes, además, para revertir el veto presidencial a las nuevas leyes, para lo que son necesarios tres quintos de la cámara, 276 escaños. El presidente ha utilizado esta prerrogativa incluso contra PiS, por lo que podría complicarle la vida a un nuevo Gobierno si decide hacer uso de ella hasta que finalice su mandato, en mayo de 2025. Hay analistas que señalan que su interés en conseguir algún puesto internacional tras salir de la presidencia puede moderar su comportamiento.

A la nueva coalición no le espera, en todo caso, una alfombra roja. El analista y escritor Aleksander Smolar señala que no será sencillo entenderse entre “cuatro partidos heterogéneos con líderes muy ambiciosos”. En cuestiones como el aborto, por ejemplo, PO e Izquierda están a favor de liberalizarlo hasta la semana decimosegunda, mientras que los socios de Tercera Vía, cristiano-conservadores, proponen un referéndum.

Smolar confía en que la experiencia de ocho años en la oposición les haya enseñado a actuar juntos y aseguren, para empezar, “una mejora en las relaciones con la Unión Europea, con Alemania, con otros socios como Francia, y con Ucrania”. En la política interna, cree que emprenderán medidas inmediatas “sin posibilidad de interferencia presidencial” para cambiar la jefatura de entidades controladas por PiS y usadas con fines partidistas, principalmente, los medios de comunicación públicos y empresas como Orlen. El experto cree que a la coalición, cuando consiga ponerse en marcha, “no le va a resultar fácil gobernar, porque PiS deja el país en muy mal estado”.

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By Silverio Guevara Luján

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