A estas alturas estamos más que acostumbrados a utilizar los asistentes inteligentes en casa a través del televisor, los altavoces o el teléfono móvil. Y sabemos perfectamente qué podemos hacer con ellos: realizar preguntas generales, pedirles que controlen aparatos domóticos, que elaboren una lista de la compra, pongan música o resuman las noticias del día, entre otros. Pero, ¿tienen utilidad en otros lugares como el coche?
Lo cierto es que, desde hace tiempo, los vehículos más modernos incorporan Android Auto o Apple CarPlay, que convierten el coche en una extensión del teléfono móvil (con todas las posibilidades que eso implica, incluido el acceso a apps y el control por voz). Pero no es la única alternativa para disponer de un asistente inteligente en los desplazamientos: algunas firmas llevan tiempo presentando dispositivos que transforman cualquier coche en uno inteligente y controlable por voz; a mi juicio, útiles casi exclusivamente en los vehículos que no cuentan con asistentes de voz ya integrados. Anker y JBL fueron dos de las pioneras, con los modelos Roav Volt y Link Drive respectivamente dotados de Google Assistant. Y Amazon llegaría poco después con su Echo Auto y Alexa.
Sus aplicaciones
Hemos probado la segunda generación de este gadget, lo que nos ha permitido saber qué podemos hacer exactamente con un asistente inteligente en el coche. Estos son los puntos más interesantes:
- Encontrar mi coche. Es mi función favorita. Durante la configuración del dispositivo te pregunta si deseas activar esta función (lo esencial es dar permisos de ubicación siempre). A partir de ahí, Amazon va recopilando periódicamente los datos y cuando se pregunta desde cualquier lugar “Alexa, ¿dónde está mi coche?”, te muestra el punto exacto. También se puede realizar la consulta desde la propia app.
- Pedirle que reproduzca canciones, música de grupos concretos y listas de reproducción desde servicios en streaming como Spotify, Amazon Prime Music, Apple Music… También audio libros (con Audible), podcast (iVoox) o la radio (TuneIn). Y siempre escucharlos desde los altavoces del propio vehículo.
- Controlar dispositivos domóticos. Aunque a priori controlar los electrodomésticos del hogar desde el coche no pueda parecer interesante, he encontrado utilidad a ciertos usos, como regular la temperatura antes de llegar —para lo que hay que disponer de un termostato o un sistema de aire acondicionado conectados— o, sobre todo, pedir que se abra la puerta del garaje cuando estamos llegando a casa, siempre y cuando también sea domótica.
- Como asistente de carretera, preguntando por el estado del tráfico, el tiempo que hará al llegar, alguna curiosidad… En la configuración puedes elegir qué servicio de mapas usar (Mapas de Apple, Google Maps, Waze) y también guía hasta el destino, pero lo hace exclusivamente con órdenes de voz; para ver la imagen hay que emplear la pantalla del móvil.
- Para hacer llamadas manos libres. En este caso, tanto a los contactos del propio teléfono móvil como a los que disponen de dispositivos Alexa. Y como complemento, también llamar directamente a los altavoces inteligentes instalados en el hogar o dejar mensajes en ellos.
¿Y su instalación?
Es bastante sencilla —basta con enchufarlo a un puerto USB o el mechero del coche, vincularlo por Bluetooth o cable a los altavoces y configurarlo desde la app Alexa—, hay que tener en cuenta que funciona siempre junto con el teléfono móvil, del que obtiene la conexión a Internet indispensable para su funcionamiento, y no es compatible con todos los vehículos (aquí se puede consultar el listado).
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