Un reflejo de la Lejanía

Un reflejo de la Lejanía

Estrasburgo, como muchas ciudades y paisajes de Europa, se engalana en otoño con los tonos amarillos y marrones de las hojas que cubren las calles y aceras. Este ambiente otoñal persiste hasta el invierno, cuando los árboles pierden sus hojas y permanecen desnudos hasta que llega la primavera. En un informativo de televisión no encontramos noticias de Venezuela ni de América Latina, salvo algunas menciones a México. Para muchos en Francia, Alemania y el resto de Europa, parece como si “no estuviera pasando nada” al otro lado del océano, como escuché una vez decir a un periodista inglés.

América Latina parece ser sólo una coincidencia geográfica. Como no tenemos información sobre Venezuela, recurrimos a la tecnología y nos enteramos de que Caracas tuvo un inicio desafortunado en la segunda fase del campeonato nacional, mientras que Táchira se prepara para pelear nuevamente por el título.

El fútbol también es una gran noticia en Francia y forma parte de la vida cotidiana de los franceses, especialmente los fines de semana. El París Saint-Germain, que representa la liga francesa, ya no cuenta con jugadores como Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé, pero la afluencia de espectadores al estadio Parque de los Príncipes sigue siendo enorme. Es difícil de entender desde Venezuela, pero el fútbol es parte de la cultura popular aquí, incluso si la pasión no alcanza los niveles casi extremos de países como Italia, España, Alemania, Argentina o Brasil.

Un paseo por Estrasburgo trae recuerdos de Buenos Aires o Santiago de Chile. Los edificios antiguos, las calles y la discreción de la publicidad comercial recuerdan a las capitales argentina y chilena, que absorbieron influencias arquitectónicas europeas de principios del siglo XX. Aunque hoy en día se construyen modernos centros comerciales de estilo americano, no hay sustituto para este toque clásico.

Caminar aquí es como regresar a aquellos años en los que cubríamos con entusiasmo la Copa Libertadores, la Copa América y el Mundial. Ay, ojalá volviera a ser joven, como dijo Gabriel García Márquez.

By Silverio Guevara Luján

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